Entrenamiento
El entrenamiento de los gallos
de pelea: tradición, disciplina y estrategia
El entrenamiento de los gallos
de pelea es una práctica que ha sido perfeccionada durante siglos en muchas
culturas del mundo. Lejos de ser una actividad improvisada, preparar un gallo
para el combate es considerado por los criadores como una mezcla de arte,
ciencia y tradición. Implica conocimiento profundo del animal, disciplina
diaria, y una conexión entre el criador y su ave que se basa en respeto,
observación y experiencia.
Filosofía del entrenamiento
Desde tiempos antiguos, los
criadores han observado que el gallo, por naturaleza, es territorial, valiente
y combativo, pero estas cualidades deben ser canalizadas y refinadas si se
espera que tenga éxito en una pelea. Por eso, el entrenamiento no solo busca
desarrollar fuerza física, sino también resistencia, velocidad, reflejos,
control del estrés y, sobre todo, disciplina.
Muchos entrenadores comparan el
entrenamiento de un gallo con el de un boxeador profesional: no basta con ser
fuerte, hay que estar en la mejor forma física y mental posible.
Etapas del entrenamiento
1. Selección y preparación
previa
Todo comienza con la elección
del gallo. Se busca un ejemplar con buen linaje, temperamento firme y cuerpo
equilibrado. El ave debe tener entre 8 y 12 meses de edad al comenzar el
entrenamiento serio.
Antes de iniciar cualquier
rutina física, el gallo pasa por una etapa de adaptación, donde se le
acostumbra a la presencia humana, se le enseña a ser manejado, y se comienza a
ajustar su dieta. También se le descresta y despica en algunos casos, para prevenir
lesiones innecesarias.
Un gallo de pelea no se alimenta
como una gallina común. Su dieta se ajusta cuidadosamente para que tenga
músculo sin exceso de grasa. Se le dan:
• Granos (maíz, sorgo, trigo).
• Proteínas (huevo cocido, carne magra, pescado).
• Suplementos (vitaminas, calcio, aminoácidos).
• Verduras y frutas en pequeñas cantidades.
El agua también es controlada:
siempre limpia, a veces con electrolitos o vinagre para mantener su salud
digestiva.
3. Rutina física diaria
El entrenamiento físico puede
durar entre 30 y 90 días, dependiendo del tipo de pelea. Durante ese tiempo, el
gallo sigue una rutina que puede incluir:
• Vueltas en la cuerda o “camina”: Se hace caminar al gallo
atado a una cuerda para fortalecer sus piernas.
• Baño de sol: Se le expone al sol por periodos cortos para
fortalecer huesos y sistema inmunológico.
• Saltos controlados: Para mejorar su coordinación y capacidad
de ataque aéreo.
• “Trote” o “pasarela”: El gallo camina en un espacio largo
para fortalecer el tórax y las patas.
• Peleas controladas o sparring: Se le enfrenta a otros gallos
con protección (espuelas de cuero o sin filo) para afinar sus reflejos sin
causarle daño.
Durante todo el proceso, se evalúa su
comportamiento, recuperación y actitud combativa.
4. Descanso y cuidado emocional
El descanso es igual de
importante que el ejercicio. Cada gallo tiene su propio jaulón o encierro,
donde duerme tranquilo, sin estrés ni competencia visual con otros machos.
Algunos criadores colocan música suave, otros cubren los jaulones con telas
oscuras para simular la noche y asegurar un sueño profundo.
Además, se le hacen masajes, baños con infusiones
naturales y se le revisan patas, ojos, pico y plumas a diario. La relación
entre el criador y el gallo es clave: si el animal confía en su entrenador,
responde mejor al trabajo.
5. La etapa final: el corte y la
pelea
Cuando se acerca la pelea, el
gallo entra en una fase conocida como el “corte”, que dura entre 3 y 7 días. En
esta etapa se reduce el ejercicio, se afina la dieta y se refuerza su energía.
El día de la pelea, se le da una
preparación especial (agua con glucosa, suplementos energéticos) y se verifica
que su estado físico y mental sea óptimo. Se le colocan las espuelas (naturales
o artificiales) si se pelea con arma, y se lleva al ruedo.
Un ritual que combina ciencia y
creencia
El entrenamiento de gallos de
pelea, aunque rodeado de polémica, es también un reflejo de las creencias
populares, saberes campesinos y costumbres regionales. Muchos criadores
utilizan métodos heredados de sus abuelos, y creen en rituales, rezos, cábalas
y hasta limpias espirituales antes de una pelea.
Algunos incluso aseguran que el gallo “sabe” cuándo va a pelear, y que su ánimo cambia al sentir el ambiente de combate. Esa relación hombre-animal es uno de los aspectos más valorados entre los aficionados a esta tradición.
Conclusión
El entrenamiento de un gallo de
pelea es un proceso riguroso que va mucho más allá del combate. Requiere
tiempo, dedicación, observación, respeto y técnica. Aunque las peleas de gallos
son cada vez más cuestionadas por razones éticas, el arte de entrenar a estas
aves sigue vivo en muchas regiones del mundo, como una muestra del profundo
vínculo entre el ser humano y los animales que ha existido desde tiempos
ancestrales.
No hay comentarios: